El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica Romana desarrollado en periodos discontinuos entre el año 1545 y el 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe-obispo.
Convocado por Pablo III el 22 de mayo de 1545 con la bula Initio nostri huius pontificati, el Concilio comenzaba en Trento el 13 de diciembre de 1545 con la participación de personal casi exclusivamente eclesiástico (4 cardenales, 4 arzobispos, 21 obispos, los generales de las órdenes agustinas, carmelitas, de los Siervos de María, así como de las dos órdenes franciscanas, 42 teólogos y 8 juristas). El Concilio, según las peticiones luteranas, se celebraba lejos de Roma, pero su composición delataba una formación italiana y papal. De ahí los innumerables enfrentamientos entre católicos y luteranos, gobernados alternadamente por Carlos V y los pontífices romanos, con la intención de obtener mayor representación en el mismo que los Estados del Imperio y sobre todo mayor que el área alemana. Como es bien sabido, la sede del Concilio se trasladó en marzo de 1547 a Bolonia, por deseo de los legados pontificios (Cervini, Pole, Del Monte), y la Asamblea continuó con sus trabajos en la ciudad del Estado de la Iglesia (con una disidencia encabezada por el cardenal Pedro Pacheco que se había quedado en Trento), celebrando sólo dos sesiones, pero temiendo las reacciones imperiales (ya que Carlos V había estado totalmente en contra del traslado a Bolonia), y abordó únicamente cuestiones teológicas sin publicar sus decretos. En 1548, a través de sus oradores, el emperador protestó formalmente ante el papa por el traslado del Concilio
martes, 13 de abril de 2010
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